La osteoartritis, también conocida como osteoartrosis o artrosis, es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que provoca el desgaste del cartílago que recubre los extremos de los huesos. Este desgaste conduce a dolor, inflamación y rigidez en las articulaciones afectadas, afectando la movilidad y la calidad de vida del individuo.
La osteoartritis puede afectar diversas partes del cuerpo, como las articulaciones de las manos, rodillas, caderas, columna vertebral y pies. Dependiendo de la ubicación y gravedad, puede causar dificultades para moverse y realizar actividades cotidianas.
El diagnóstico de la osteoartritis se realiza mediante la evaluación de los síntomas del paciente, exámenes físicos y pruebas de imagen como radiografías y resonancias magnéticas.
Las causas de la osteoartritis pueden incluir el envejecimiento, el desgaste mecánico de las articulaciones debido al uso excesivo, lesiones articulares previas, obesidad y factores genéticos.
Los síntomas comunes de la osteoartritis incluyen dolor articular, rigidez, inflamación, crepitación o sensación de crujido al mover las articulaciones y pérdida de flexibilidad.
El tratamiento de la osteoartritis se centra en aliviar el dolor, mejorar la función articular y reducir la progresión de la enfermedad. Esto puede incluir medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, terapia física, cambios en el estilo de vida como la pérdida de peso y el ejercicio, y en casos graves, cirugía de reemplazo articular.
La osteoartritis puede confundirse con otras enfermedades como la artritis reumatoide o la artritis séptica. Sin embargo, a diferencia de la artritis reumatoide, la osteoartritis no es una enfermedad autoinmune, y a diferencia de la artritis séptica, no es causada por una infección en la articulación.