Dra. Dolores Ramos Bello

Espondilitis Anquilosante

La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis inflamatoria crónica que afecta principalmente la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas. Esta enfermedad causa inflamación en las vértebras y puede llevar a la fusión ósea, causando rigidez y dolor en la espalda baja y cuello.

¿Qué partes del cuerpo afecta?

La espondilitis anquilosante puede afectar principalmente:

  • Columna vertebral: Causa dolor y rigidez en la espalda baja y cuello.
  • Articulaciones sacroilíacas: Provoca dolor en la parte baja de la espalda y caderas.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la espondilitis anquilosante se realiza mediante:

  • Historial médico y examen físico.
  • Pruebas de laboratorio para detectar el marcador genético HLA-B27.
  • Radiografías de la columna vertebral y pelvis para observar signos de inflamación y fusión ósea.
  • Resonancia magnética para evaluar la inflamación de las articulaciones y tejidos blandos.

¿Cuáles son las causas de Espondilitis Anquilosante

La causa exacta de la espondilitis anquilosante no se conoce, pero se cree que implica una combinación de factores genéticos y ambientales. La presencia del marcador genético HLA-B27 aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.

¿Qué sintomas presenta?

Los síntomas de la espondilitis anquilosante incluyen:

  • Dolor y rigidez en la espalda baja y cuello, que empeora con el reposo y mejora con el movimiento.
  • Rigidez matutina prolongada.
  • Fatiga persistente.
  • Dolor y rigidez en las caderas y glúteos.
  • Dificultad para respirar debido a la rigidez de la caja torácica.

¿Cuál es el tratamiento de Espondilitis Anquilosante?

El tratamiento de la espondilitis anquilosante se centra en aliviar los síntomas, reducir la inflamación y prevenir la progresión de la enfermedad. Aquí están algunas opciones comunes de tratamiento:

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): Ayudan a reducir el dolor y la inflamación, lo que puede mejorar la movilidad y la calidad de vida.
  • Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDs): pueden ayudar a controlar la inflamación en algunas personas.
  • Terapia biológica: Medicamentos como los inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa), como el adalimumab y el etanercept, pueden reducir la inflamación y retrasar la progresión de la enfermedad en casos graves o refractarios.
  • Fisioterapia y ejercicios de estiramiento: Ayudan a mejorar la flexibilidad, fortalecer los músculos y mejorar la postura.
  • Ejercicio regular: El ejercicio aeróbico y de fortalecimiento puede ayudar a reducir la rigidez y mejorar la movilidad.
  • Terapia ocupacional: Puede proporcionar técnicas y dispositivos para facilitar las actividades diarias y proteger las articulaciones.
  • Cirugía: En casos graves donde hay deformidades significativas o discapacidad, la cirugía puede ser necesaria para corregir la postura y mejorar la función, como la artroplastia de cadera o cirugía de columna.

El tratamiento específico puede variar según la gravedad de la enfermedad, la respuesta individual al tratamiento y otros factores. Es importante trabajar en estrecha colaboración con un reumatólogo para desarrollar un plan de tratamiento personalizado.

¿Con qué enfermedades se puede confundir?

La espondilitis anquilosante puede confundirse con otras condiciones que afectan la columna vertebral, como:

  • Dolor lumbar mecánico: No causa inflamación y rigidez persistentes.
  • Hernia de disco: Se caracteriza por dolor irradiado a las extremidades y puede tener síntomas neurológicos.
  • Espondilolistesis: Involucra desplazamiento de una vértebra sobre otra y puede ser detectada mediante radiografías.

Preguntas frecuentes acerca de Espondilitis Anquilosante

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