La fascitis plantar es una condición dolorosa que afecta la planta del pie, especialmente el área del talón. Se caracteriza por inflamación del tejido conectivo, causando dolor y rigidez al caminar o estar de pie durante largos períodos.
Principalmente, la fascitis plantar afecta la planta del pie, pero también puede irradiar dolor hacia el talón y el arco.
El diagnóstico de fascitis plantar se basa en la historia clínica y un examen físico detallado. Los estudios de imagen, como radiografías o resonancias magnéticas, pueden ser útiles para descartar otras condiciones.
Las causas comunes incluyen sobrecarga repetitiva, malos hábitos de pie, calzado inadecuado y debilidad muscular. Factores como la obesidad y la biomecánica anormal también pueden contribuir.
Los síntomas típicos incluyen dolor punzante en el talón, especialmente al dar los primeros pasos por la mañana o después de periodos de inactividad. El dolor puede disminuir con el movimiento, pero empeora nuevamente al final del día.
El tratamiento inicial generalmente incluye reposo, aplicación de hielo, estiramiento y uso de calzado adecuado. Los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), fisioterapia y ortesis también pueden ser útiles en casos más graves.
La fascitis plantar puede confundirse con otras condiciones, como espolón calcáneo, tendinitis aquilea o síndrome del túnel del tarso. Sin embargo, cada una tiene características distintivas que ayudan en el diagnóstico preciso.
La fascitis plantar puede ser debilitante, pero con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, la mayoría de las personas pueden recuperarse completamente y volver a sus actividades normales.