Los síntomas más comunes de la artritis reumatoide incluyen dolor, inflamación, rigidez y deformidad en las articulaciones, especialmente en las manos y los pies. También pueden experimentarse fatiga, fiebre y pérdida de peso.
Para manejar la osteoartritis, es importante mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente para fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones afectadas, usar técnicas de manejo del dolor como aplicar calor o frío, y considerar terapias físicas o ocupacionales según lo recomendado por un médico.
Los tratamientos para la fibromialgia pueden incluir medicamentos para controlar el dolor, terapia física, ejercicio regular, técnicas de manejo del estrés y el sueño, así como también terapias alternativas como la acupuntura o la meditación. Mejorar la calidad de vida puede requerir un enfoque multifacético que aborde tanto los aspectos físicos como emocionales de la enfermedad.
Para prevenir la osteoporosis, se recomienda consumir una dieta rica en calcio y vitamina D, realizar ejercicio regularmente, evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, y someterse a pruebas de densidad ósea periódicas. En cuanto al tratamiento, pueden incluirse medicamentos para fortalecer los huesos y reducir el riesgo de fracturas.
La artritis psoriásica se caracteriza por la inflamación de las articulaciones y la piel, mientras que la artritis reumatoide afecta principalmente las articulaciones. El diagnóstico de ambas enfermedades se basa en la historia clínica, los síntomas y pruebas de laboratorio y de imagen. El tratamiento puede incluir medicamentos antiinflamatorios, inmunomoduladores y terapias biológicas, adaptadas a las necesidades individuales del paciente.